Abril 2007 en el centro Entorno de Paz
El Buda no solamente fundó el budismo como religión o filosofía de vida, sembró otras muchas semillas. El Buda fue el que impulso la idea de Ahimsha, no violencia. La no violencia física, mental y medioambiental como base fundamental para el desarrollo espiritual y la no violencia en el desarrollo espiritual con las otras tradiciones religiosas. Esto en la filosofía budista se conoce con el término de renuncia.
Cuando se habla de renuncia, se está hablando de renunciar a la violencia. La renuncia es el primero de los tres aspectos principales del camino budista, evita que volvamos a renacer en samsara; es la base para salir de la rueda de continuos renacimientos. La renuncia es la transformación de la violencia en no violencia. Esta fue una de las enseñanzas principales del príncipe Sidarta, el Buda. No es algo que los budistas defiendan porque está de moda, porque se considere algo atractivo o porque vende. La renuncia es parte esencial en el camino budista, es algo que tenemos que incorporar en nuestra práctica, el complemento de no violencia.
Esta actitud, que viene de un linaje ininterrumpido desde el tiempo de Buda, se debe aplicar a todas las actividades laborales: profesores, médicos o arquitectos, etc. Puede parecer que la no violencia es algo ajeno al trabajo de un arquitecto, pero consideremos creaciones arquitectónicas como la estupa mandala de Borobudur, en la isla de Java (Indonesia), monumento dedicado a la paz mundial; es una enorme pirámide con más de cien metros de lado, con una base cuadrada, construida sin ningún tipo de cemento, hecha de piezas de piedra de lava volcánica de grandes dimensiones. En la piedra hay relieves esculpidos que, en el primer piso, explican la vida de Buda con todo tipo de detalle. Desde el punto de vista del Feng Shui está perfectamente construida, respetando las energías y las direcciones de los cuatro puntos cardinales. También esculpidos en la piedra hay principios filosóficos muy profundos, como los doce vínculos de origen dependiente. Estos doce vínculos, eslabón a eslabón, conducen al renacimiento en los sufrimientos del samsara. Muchas otras enseñanzas están representadas en la estupa, los bhumis de ascenso hacia la iluminación, los tantras padre, madre y junior. En esta construcción hay una simbología, que en si misma, es una práctica. Todo esto no solamente está basado en conocimientos de construcción, está basada en conocimientos de espiritualidad muy profunda.
Hoy en día, la construcción de las viviendas está guiada con el único objetivo de obtener una ganancia inmediata, los constructores no tienen en cuenta otras cuestiones. No se tienen en cuenta las condiciones energéticas en que vive la gente, no se mira si la forma de construcción de las casas es apropiada para hacer felices a sus moradores, si les permiten vivir sanamente, armonizados con la energía que está en el medio ambiente. Todo esto son carencias que tiene la ciencia actual, es como una ciencia incompleta, por eso, es importante que cuidemos los aspectos laborales desde esta perspectiva múltiple. Estamos hablando de los problemas del contenedor en el que vivimos, las viviendas. Por eso tenemos que hacer algo cada uno en su campo.
Hace años, que vengo hablando de hacer las paces con el medioambiente. Publiqué un libro, el año pasado se publicó en español, y lancé la práctica de Hagamos las paces con el medioambiente. En aquel tiempo la gente no lo veía tan necesario. Sin embargo, hoy podemos ver la urgencia que se plantea, podemos ver el nivel de gravedad en el que se encuentra el medioambiente. Ahora, es algo aceptado por todos que tenemos que hacer las paces y tener un comportamiento distinto con el medioambiente.
Es importante entender el entorno en que vivimos, aquel ecosistema, ese bosque tropical, todo ese tipo de cosas, en su aspecto más completo. El entorno tiene que ver con la Tierra, con nuestra salud interna y externa, tiene que ver con los ambientes en los que nos movemos. Los médicos, a veces, no saben cómo tratar las nuevas enfermedades que están apareciendo en nuestros días, cuyo origen, de alguna manera, se debe al deterioro medioambiental, no saben cómo atajar ese tipo de desequilibrios que se están produciendo.
Estoy hablando de los elementos que componen tanto el medioambiente externo como interno, la tierra, el fuego, el agua, el aire y el espacio. Todo esto está en el exterior, en nuestra casa, y también en el interior, en nuestra persona física y en nuestra mente. Son ámbitos que están entrelazados, no se pueden separar. La práctica de Dharma tiene que ver con todos los aspectos de vuestra vida. El budismo significa integrar las prácticas en cada momento de vuestra vida y en todas las profesiones.
Hay muchas, muchas ideas espirituales. Yo he puesto algunas pequeñas semillas en espacios editoriales, en la revista Peace Times, en los libros. José María ha colaborado con otras personas en la publicación del libro Autocuración III, el subtitulo del libro es “El supermercado de los pensamientos positivos”, se trata de ofrecer un abanico de ideas para que cada uno pueda profundizar en la que sienta más sintonía.
Aspectos como la paz no tienen que ver con grandes tratados o con acuerdos entre gobiernos, ni con grandes movimientos. La paz es algo muy cerca de nosotros, es algo que tiene que ver con irse a dormir en paz, soñar en paz, despertar en paz. Cada movimiento que nos lleva al siguiente, que tenga la base de la paz. Momento de paz, minuto de paz, hora en paz, día en paz, semana en paz, mes en paz, y así sucesivamente. Es muy fácil, es como poner maquillaje a vuestra mente para embellecerla. La verdadera belleza es la paz. Es necesario un pequeño cambio en la educación, en la percepción de los fenómenos de la vida, que resulte en esa hermosura que produce la paz.
En muchas ciudades, los vehículos no pueden circular porque el nivel de contaminación es tan alto, que daña la salud. La única solución que queda es suprimir la circulación de los vehículos determinados días. En este mundo ha aumentado la lucha por mantener los recursos, trabajo, dinero, espacios habitables, también para proteger los recursos naturales, los alimentos y la pureza del agua y del aire. La población del planeta crece y las personas se ven obligadas a vivir en entornos extremadamente poblados, vivir en él resulta difícil.
En el año 2025, se prevé que aproximadamente los 2/3 de la población mundial vivirán en entornos medioambientales urbanos enormemente contaminados, que producirán una gran insatisfacción y un alto estrés psicológico. Proliferaran ciudades enormes como la Ciudad de México o São Paulo, la educación para la paz será algo importantísimo, de gran relevancia para prevenir el crimen y las revueltas sociales.
Aunque sois conscientes de estos problemas, continuáis progresivamente envenenando y destruyendo vuestros cuerpos, mentes y medioambiente. Se calcula que para el año 2045 se habrán perdido un millón y medio de especies animales y vegetales. Esta amenaza a la biodiversidad indica que, a no ser que se cambie radicalmente de actitud y comportamiento medioambiental, poco a poco, la raza humana desaparecerá del planeta. No sólo es necesario respetar, cuidar y sanar el medioambiente, también hay que aprender a cuidar los entornos urbanos en los que viviremos.
A través de la historia, vemos que las culturas de la antigüedad creaban espacios equilibrados y en armonía, como la arquitectura de la antigua Grecia, Roma o las Estupas budistas asiáticas como Borobudur. En el pasado tenían una comprensión mucho más profunda que ahora, sobre cómo mantener el equilibrio en las ciudades y en el medioambiente. Esto se reflejaba incluso en los nombres que elegían para las ciudades, por ejemplo, en griego antiguo la palabra Atenas significa “jardín florido”.
En la sociedad futura, es necesaria una responsabilidad compartida entre hombres y por mujeres, en el cuidado doméstico y del medioambiente. Aunque es difícil volver la cultura del antiguo matriarcado, tenemos que aprender a respetar la sabiduría natural de las mujeres en el cuidado del medioambiente. Si observamos con detenimiento, veremos que las mujeres son siempre instrumentos muy activos en las campañas para la defensa del medioambiente, en todo el mundo. Esto demuestra como el equilibrio entre las energías masculinas y femeninas, en cada uno de nosotros, es de gran beneficio para el ambiente externo. Necesitamos combinar lo viejo y lo nuevo. Crear un nuevo vehículo de sabiduría para cuidar el medioambiente.
Hemos de investigar y desarrollar técnicas de obtención de energía, que permitan un verdadero desarrollo en las sociedades humanas, pero también tenemos que cambiar nuestra perspectiva o visión del mundo, del medioambiente e incorporar parte de la sabiduría de las antiguas culturas. Por ejemplo, en la antigua India, en el Siglo V, el emperador budista Ashoka, levantó una serie de columnas de piedra en muchas ciudades de su reino en las que grabó inscripciones sobre cómo se debía proteger la vida natural y el medioambiente. Algunas de estas columnas aún se pueden ver hoy.
En el Tíbet, antes del año 1959, había también una serie de reglas y normas de comportamiento social que tenían que ver con la protección de los animales y el entorno medioambiental. Los tibetanos creían que a través del respeto a la vida de todos los seres y del medioambiente, prolongaban sus propias vidas y las de sus maestros espirituales. Muchos ambientes naturales se consideraban moradas de seres divinos y al proteger el medioambiente, se conseguía la protección de estos seres especiales.
Cada año, millones de animales son asesinados y muchas especies están en peligro de extinción. No debemos de pensar que por el hecho de que los animales sean menos inteligentes que nosotros nos está permitido explotarlos y maltratarlos. Los animales tienen las mismas emociones básicas que nosotros, buscan el placer y evitan el dolor, igual que nosotros.
Como consumidores es muy importante que compremos productos que estén, en la medida de lo posible, libres de productos animales. Cuando compramos pieles, cueros, productos hechos con plumas, etc. estamos contribuyendo al sufrimiento y eliminación de muchos animales. La compra de pieles, contribuye también a una violencia explícita sobre muchas especies animales. Mucha gente habla sobre la necesidad del desarrollo sostenible y del respeto al medioambiente mientras tienen en sus casas cincuenta pares de zapatos de piel.
Es necesario que todos empecemos a practicar y a poner en pie un sistema de desarrollo medioambiental sostenible, que respete todas las formas de vida. Podemos evitar el consumo de productos que experimenten con animales. Los nuevos medicamentos que se obtienen a través de los animales, deben ser regulados con cuidado para que los científicos no dañen las mentes de esos animales, porque puede que en un futuro no produzcan el mismo beneficio, produzcan otros resultados.
Hemos de integrar el ambientalismo en la vida espiritual y la vida espiritual en ambientalismo, si queremos sanar y reparar este planeta. En la actualidad se están reciclando las basuras, pero tenéis que recordar que también es necesario reciclar las emociones y las actitudes psicológicas destructivas para salvar el planeta. Desarrollar actitudes internas de paz os ayuda a sanaros y a sanar el medioambiente, pacifica las actitudes arrogantes y destructivas que en la actualidad están dañando a nuestra madre Tierra. El desarrollo de actitudes positivas también crea un grado de atención, de conciencia sobre las cualidades sagradas de la naturaleza y como resultado produce un respeto hacia la misma.
Las culturas de la antigüedad respetaban y veneraban los cinco elementos que componen todo fenómeno natural, respetaban los bosques, las montañas, los lagos y los manantiales como algo sagrado. La comprensión profunda de la interdependencia entre lo externo y lo interno es esencial para esto. Si matamos seres vivos y destruimos sus hábitats, nuestro entorno, gradualmente, se hará más invisible y cada vez resultará más difícil encontrar alimento, agua, medicinas y otras cosas que nuestra vida requiere. Protegiendo a los animales y preservando el medioambiente podemos permitir que maduren los recursos beneficiosos que la naturaleza nos ofrece y el banco genético del planeta será preservado para las generaciones futuras.